Cuando vas a iniciar un cultivo de marihuana el primer paso es germinar las semillas que vas a poner en tu armario. A veces el proceso de germinación se complica, por desconocimiento o por cometer algún error, lo cual es una lástima, sobretodo después de haber elegido la genética que quieres cultivar e invertir dinero en comprar esas deseadas semillas.
Se trata en realidad de un proceso muy sencillo. Para empezar porque los bancos de semillas se preocupan en seleccionar las mejores antes de empaquetarlas, lo que garantiza un ratio de germinación muy cercano al 100% si realizamos el proceso correctamente. Ningún método de germinación es mejor que otro y todos funcionan a la perfección, así que únicamente debes elegir el que más te interese y ponerte manos a la obra.
Qué necesita una semilla para germinar
Las semillas son básicamente el embrión de las plantas. Éste contiene los genes y una reserva de alimento protegidos por la cáscara. Para germinar, las semillas necesitan agua, calor y aire. La temperatura debería mantenerse entre 21 y 32ºC, siendo 25ºC la temperatura ideal. Por encima de los 32ºla geminación se complica. El agua estimula y reblandece la cáscara, de la que emerge la radícula para anclarse al suelo y los cotiledones ascienden en busca de luz. El aire evita que las semillas se pudran y mueran al quedar literalmente ahogadas en medios húmedos y apelmazados que evitan la correcta oxigenación de la radícula.
Te remomendamos que utilices agua de botella con cualquier método de germinación para asegurarte de que el agua no contiene ningún patógeno y utilizar utensilios limpios para aumentar el ratio de éxito.
Métodos para germinar semillas
1.-Remojar las semillas en agua: consiste en utilizar un recipiente con agua al que le añadimos unas gotas de agua oxigenada. El agua oxigenada eliminará patógenos y facilitará que las semillas floten, ayudando a su oxigenación. Una vez se abren las semillas, con unas pinzas, para evitar tocarlas, llévalas a un medio de cultivo, sea una maceta pequeña con tierra, una pastilla jiffy o lo que tu prefieras. Preferiblemente entierra la semilla un poco (muy poco) para facilitar que se libere de la cáscara al salir de la tierra. Si salen con el 'casco' puesto mantén la cáscara húmeda para que la planta pueda quitárselo por sí sola o quitásela tú con mucho cuidado. Esto sirve para todos los métodos de germinación.
2.-Método de las servilletas: en un plato limpio coloca una o varias servilletas de celulosa y humedécelas con un pulverizador con agua de botella. IMPORTANTE: no empapes las servilletas. Pones las semillas encima y cubres con más servilletas, que también debes pulverizar sin empapar. Mantén la humedad pulverizando cuando haga falta hasta que las semillas se abran y saquen la radícula. Llévalas al medio de cultivo que quieras utilizar. Sobre todo debes vigilas que las servilletas de arriba y las de abajo no envuelvan completamente las semillas y no las dejen respirar, porque se pudrirían. Debe haber aire entre las dos capas de celulosa.
Estas plántulas se germinaron directamente en plugins
3.-Germinación directamente en el medio de cultivo: este método lo puedes hacer o bien con una pastilla de turba como un jiffy o directamente en una maceta, preferiblemente pequeña. Consiste en enterrar la semilla en tierra húmeda, teniendo en cuenta que el agujero no debe ser más profundo que el doble del tamaño de la semilla, ya que si no ésta no tendría fuerza para salir a la superficie. Debes mantener el sustrato húmedo, no empapado, para evitar los problemas que hemos comentado en el punto anterior.
4.-Método combinado: puedes utilizar más de un método de germinación. Por ejemplo, puedes utilizar el método de remojar las semillas, pero sólo durante 24 horas y, antes de que se abran las semillas, las llevas a un jiffy o una macetita. De este modo excitas la semilla para la germinación y luego no tienes que tocarla una vez se ha abierto, evitando accidentes en el traslado al medio de cultivo. Además de este modo es menos probable que las plántulas salgan con la cáscara todavía puesta.
Los errores más comunes en la geminación de semillas
1.-Temperatura demasiado alta o baja: este es el problema menos fercuente, ya que, normalmente, si germinas dentro de casa la temperatura ya está dentro del rango correcto. Aún así, ten este factor en cuenta.
2.-Falta de limpieza: germinar en cualquier superficie, con cualquier sustrato, utilizar utensilios sucios, tocar las plántulas con las manos sucias y un largo etcétera de descuidos pueden arruinar el proceso de germinación. Piensa que las semillas recién abiertas son como bebés recién nacidos y, por tanto, muy susceptibles a las enfermedades.
3.-Agua con patógenos: si utilizas agua del grifo o de algún depósito no sabes si pueden llevar algún agente infeccioso que mate tus semillas. Mejor utiliza agua de botella y te ahorras problemas.
4.-Axfixia de las semillas: este es uno de los problemas más frecuentes y, casi siempre, está motivado por el exceso de agua. No por poner agua a menudo o por empapar las semillas vas a acelerar el proceso. Al contrario, vas a matar las semillas. Muchas veces parece que las semillas no estén bien, porque se abren y pùedes ver un principio de radícula saliendo de la cáscara. Pero el exceso de agua tiene como consecuencia la falta de oxígeno y las plántulas mueren literalmente ahogadas justo después de abrirse. Si apretas la semilla y revienta como un grano de pus, la has matado. Da igual qué método de germinación utilices, no empapes las semillas. Debes mantenerlas húmedas, no ahogarlas.
Una vez que tus semillas se han abierto y las plántulas emergen del sustrato has dado el primer paso hacia el éxito. Si cuidas un poco el método de germinación tendrás un éxito muy cercano al 100% y podrás alcanzar grandes alegrías en el cultivo del cánnabis.